El mar es un gran protagonista del paisaje y la historia vasca, y es que Euskadi cuenta con más de 250 kilómetros de costa en los que poder disfrutar de pueblos pesqueros con mucho encanto, playas rodeadas de naturaleza en las que practicar actividades acuáticas como el surf, impresionantes acantilados y espacios naturales de singular valor ya sea por su biodiversidad o geología. 

A lo largo de la costa se ubican varias villas marineras dignas de ser visitadas, que invitan a pasear entre estrechas calles y admirar sus coquetos puertos a la vez que deleitamos el paladar degustando productos frescos del mar acompañados de un buen txakoli. 

Además, encontramos grandes monumentos como el Puente Colgante de Bizkaia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006, y el enclave San Juan de Gaztelugatxe que, alejado de los núcleos urbanos, ha sido escenario de la conocida serie de televisión Juego de Tronos.

En lo que a espacios naturales se refiere, cabe destacar el Geoparque de la Costa Vasca con sus 13 kilómetros de acantilados que gracias al Flysch, una formación de capas de roca, nos relata, como si fuera un libro, la historia de más de 60 millones de años consecutivos de nuestro planeta. Finalmente, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai nos muestra un paisaje de marismas lleno de vida, que cuenta con un espectacular observatorio con vistas privilegiadas, visita obligada para los amantes de las aves.

El clima húmedo que reina en Euskadi nos ofrece unos parajes de indudable belleza, un paraíso verde en el que se ubican diversos parques naturales, no muy lejos de las grandes urbes y de fácil acceso, que nos permiten entrar en contacto con la naturaleza mientras desconectamos del ambiente urbano.

Un buen número de rutas de senderismo de dificultad y longitud variada, centros BTT para los aficionados a la bicicleta de montaña, vías verdes, embalses y humedales, cuevas, restos prehistóricos como dólmenes, centros de interpretación, espacios para la observación de aves y pequeñas poblaciones rurales en las que empaparse de la cultura y tradiciones vascas, como la del pastoreo, son algunas de las opciones que esperan a los visitantes en el interior de Euskadi.

Existen nueve parques naturales ubicados por todo el territorio vasco, cada uno con su particular paisaje, flora y fauna. Todos ellos cuentan con Parketxes, o centros del visitante, y nos ofrecen la posibilidad de practicar numerosas actividades al aire libre.

Por su singularidad, cabe destacar el Bosque de Oma, que el artista Agustín Ibarrola utilizó como lienzo aunando naturaleza y arte, o el Valle Salado de Añana, un conjunto arquitectónico, paisajístico, arqueológico e histórico único en el mundo que forma esta explotación salinera de más de 7.000 años. 

El Camino de Santiago es una consolidada ruta de peregrinación de origen medieval que cuenta con diversas rutas variantes. En Euskadi encontramos tanto el Camino de la Costa, unas de las rutas más primitivas, que recorre el litoral guipuzcoano y vizcaíno pero que también se adentra en algunas de las zonas interiores, combinando espacios costeros y rurales. El Camino del Interior, por su parte, atraviesa Guipúzcoa y  Álava ofreciendo al peregrino un gran contraste de paisajes.

Con un recorrido que comienza en su casa natal en Azpeitia y termina en Manresa, el Camino Ignaciano recrea el viaje que realizó San Ignacio de Loyola en su ruta hacia Jerusalén en 1522 y nos ofrece una ruta de peregrinaje que nos permite, además de vivir una experiencia de desarrollo personal, disfrutar de los variados paisajes y sabores en los aproximadamente 150 kilómetros que discurren por Euskadi.